Desde el golpe de Estado de 2009 en Madagascar, la tala ilegal del preciado "palo de rosa" en los bosques protegidos de la isla se ha disparado. Las promesas del presidente golpista Andry Rajoelina de actuar para detener esta tala no se han cumplido.
Hasta el año 2009, Madagascar registró grandes mejoras en la gestión de sus bosques únicos, con grandes áreas protegidas y un cumplimiento estricto de las restricciones proteccionistas. Pero después de que Rajoelina llegó al poder y Madagascar comenzó a quedarse aislado internacionalmente, la tala ilegal y la devastación de las áreas protegidas está viviendo un nuevo auge.
Desde entonces, organizaciones ecologistas internacionales y malgaches han tratado de presionar al presidente Rajoelina. En una reunión celebrada en octubre del año pasado, Rajoelina se comprometió a hacer una declaración oficial para detener la tala ilegal de todas las maderas preciosas. Además, prometió recursos para apoyar a las autoridades locales a implementar planes adecuados de gestión para garantizar los bosques en el futuro.
"Sin embargo, ninguna declaración pública se ha hecho hasta la fecha, y la tala ilegal continúa haciendo estragos en el medio ambiente, precioso y frágil, de la isla", denuncia en una nota remitida a afrol News el grupo ecologista WWF.
"Andry Rajoelina nos dijo que quería detener la tala ilegal. También dijo que quería hacer un llamamiento a los países que importan la madera, y especialmente China, para no comprar más productos de palo de rosa y estaba dispuesto a cofinanciar acciones para detener la tala ilegal con financiación estatal", dice Niall O'Connor, representante regional de WWF en Madagascar. "Ahora es el momento de actuar. WWF/Adena insta a Rajoelina y a su gobierno a cumplir lo prometido", añade O'Connor. El ecologista ha presentado al gobierno malgache una petición con 5.000 firmas para detener la tala ilegal de maderas preciosas en Madagascar.
Más de 20.000 hectáreas de bosques, dentro de las áreas protegidas, han sido devastadas después de la agit ación política en 2009, con más de 100.000 árboles de madera noble talada ilegalmente en algunos de los bosques más ricos y diversos del planeta.
Se calcula que se ha cortado otro medio millón más árboles, para ser transportados sus troncos río abajo, causando grandes daños y una enorme pérdida de especies.
La actividad ilegal destruye los bosques, pero también los servicios que prestan a las comunidades locales. También afecta a la industria del turismo que tradicionalmente se beneficia de estas partes de los bosques del noreste húmedo de la isla, que tradicionalmente ha proporcionado a la población local puestos de trabajo e ingresos.
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