Cristian Escribano es presidente de la ONG Los Manantiales, de Río Ceballos. Una historia de esfuerzos para preservar el bosque nativo en las Sierras Chicas.
Río Ceballos. Cristian Escribano vive junto a su mujer Laura desde hace 11 años en la cima de una montaña tapizada de bosque nativo, en las Sierras Chicas, a poco más de tres kilómetros del centro de Río Ceballos. Ese sector fue reconocido como reserva natural municipal, bautizada Los Manantiales, con una extensión de 1.100 hectáreas. Cristian fundó hace tres años, junto a otros vecinos, una ONG que se dedica a preservar esa zona como patrimonio natural, sea del avance descontrolado del hombre o de la amenazas del fuego.
Fue esa área una de las más afectadas por los incendios de hace una semana, que además quemaron el 75 por ciento de la vecina reserva provincial de La Quebrada.
A pesar del desborde que ante tanto fuego tuvieron los bomberos esos días, una brigada de voluntarios vecinos de Los Manantiales consiguió con mucho esfuerzo salvar más del 70 por ciento de esas 1.100 hectáreas clasificadas como “zona roja” por la nueva ley de bosques, es decir, intocables para su preservación. Está claro que el fuego no acató la ley.
Los miembros de ese cuerpo de voluntarios no cuentan con equipos sofisticados, ni vehículos apropiados para internarse en las montañas, ni asistencia permanente. Tampoco reciben un peso por la tarea. Pero tienen una fuerza de voluntad inquebrantable.
Sin apoyo provincial. “Nos formamos como brigada en 2006 y 2007, con el apoyo de unos fondos que nos entregaban del Plan Provincial de Manejo del Fuego. Con ese dinero conseguimos adquirir algunos equipos como mochilas, chicotees, botas o elementos de comunicación, y pudimos hacer frente a varios incendios. Pero pronto ese apoyo se interrumpió, y nunca nos dieron explicaciones. Hoy verdaderamente nos cuesta reponer el equipamiento, pero de alguna forma nos arreglamos y seguimos”, explica Cristian, presidente de la ONG Los Manantiales y administrador de un campo en inmediaciones de la cascada de Los Hornillos.
Cristian cuenta que, tras los incendios recientes, durante dos noches durmió en el monte en guardia de cenizas, junto a un grupo de colaboradores, vigilando de cerca que no se reiniciara ningún foco.
Además de la tarea de combate directo a las llamas, desde la ONG que preside se organizan acciones de difusión y concientización entre los vecinos de la zona, para la mejor preservación del lugar.
“Imprimimos folletos y realizamos charlas y cursos de instrucción a los residentes de la zona, que les permitan actuar con rapidez ante situaciones de este tipo. Así conseguimos mucha participación vecinal, a lo que sumamos el conocimiento de los viejos baqueanos”, apunta Escribano, quien más de una vez debe sacar dinero de su bolsillo para comprar equipamiento, pagar traslados o realizar gestiones.
Cuestionamiento. En cuanto a la participación en los incendios, plantea sus dudas acerca de las restricciones que impone el Plan Provincial de Manejo del Fuego a los civiles. “Desde Bomberos nos dicen que no podemos actuar directamente, para evitar riesgos personales, pero no podemos permitir que se quemen todas nuestras sierras por directivas de ese tipo. Desde la Provincia deberían articular acciones con los cuerpos de Defensa Civil y las ONG interesada en estas actividades, para actuar en la prevención y no permitir estos desastres que luego tienen consecuencias gravísimas, y además muy caras”, acota Escribano.
Bajo las actuales condiciones climáticas, de escasa humedad, pastos secos y días de viento, Cristian le quita horas a sus días para permanecer en estado de alerta permanente y evitar cualquier incendio que ponga en riesgo el territorio en el que vive, y que decidió defender para que se preserve. No defiende su propiedad, sino un hábitat natural casi en extinción y que es patrimonio de todos.
Una y otra vez enfatiza que en esa tarea no está sólo y que en realidad es un grupo de amigos unidos por la misma voluntad y vocación de servicio. “Lo más reconfortable es que los habitantes que se unen saben que están cuidando algo importante, y lo hacen con pasión”, señala Escribano.
Ficha técnica
La ONG. Los Manantiales se creó en 2008, a partir de la inquietud de vecinos de un sector rural de montaña, cercano a Río Ceballos. Tiene como finalidad conservar los valores naturales de la zona que habitan, así como la cuenca hídrica, el bosque serrano y el estilo de vida del lugar.
Ayuda. A causa del desgaste provocado por los incendios, solicitan ayuda para reponer equipamiento elemental como mochilas, botas, máscaras, entre otros elementos.
Contacto. Mail onglosmanantiales@gmail.com, en Facebook Asociación Civil Los Manantiales, teléfono (03543) 155-77464.
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