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viernes, 9 de septiembre de 2011

El fuego destruyó el 75% de la reserva La Quebrada


Admiten que la recuperación demandará varios años. Evalúan acciones de remediación. Otros sectores reclaman medidas de fondo..

Río Ceballos. El 75 por ciento de las 4.200 hectáreas de la reserva hídrica y natural La Quebrada, en Sierras Chicas, resultó afectado por los incendios del último fin de semana.
Además de los daños evidentes para la fauna y flora del lugar, el siniestro impactará con una merma, en el corto y largo plazo, del agua de los arroyos que desde esta zona serrana abastecen al dique del que se provee de agua potable a la ciudad de Río Ceballos.
Ese primer diagnóstico fue corroborado ayer, en el lugar, por el secretario de Ambiente de la Provincia, Raúl Costa, que recorrió una parte de los sectores más perjudicados.
“Aunque falta una evaluación más exhaustiva, el daño es muy preocupante, pero no irreparable. Deberemos esperar a que termine la temporada de incendios para meritar correctamente la situación y determinar qué clase de remediación instrumentaremos y en qué plazos”, explicó Costa.
Entre las opciones, el titular de Ambiente adelantó que se podría resembrar con pasturas nativas, replantar especies, o apostar a una recuperación natural de las semillas de las especies que quedaron en pie.
A su lado, el biólogo Martín Medina, explicó que el componente arbóreo resultó muy afectado porque el incendio fue de alta intensidad. “Entre las es­pecies perdidas se hallan espi­nillos, molles, talas, cocos y el pastizal de altura. Además, la fauna está muy perjudicada porque perdió miles de hectáreas de componentes de alimentos, y actualmente se desplaza hacia otros hábitats. Y acá la microfauna se perdió totalmente”, describió Medina.
También advirtió que intensas lluvias pueden perjudicar los afluentes y el embalse La Quebrada, por efecto del arrastre de las toneladas de cenizas acumuladas en las montañas.
La recuperación de la vegetación la dividió en tres estratos: las herbáceas se recuperarían en poco más de un año, las arbustivas requieren entre 8 y 15 años, y los árboles tardarían hasta 30 para volver a verse como los que quemó el fuego.
“Estos daños cada vez son más graves porque el campo no llega a recuperarse que ya aparecen otros incendios”, apuntó Costa luego.
Otra mirada. Otro punto de vista aportó Diego Gurvich, biólogo del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal de la UNC e investigador del Conicet. Sostuvo que es hora de mirar a las sierras desde otra perspectiva: “El impacto del nuevo Camino del Cuadrado, junto a la persistencia de pastizal de altura y la tala del bosque nativo implican un riesgo permanente. Desde hace años se reclama un verdadero plan de manejo de esta reserva natural y de la cuenca, pero nunca se adoptan medidas concretas”, se lamentó.
Gurvich propuso la regeneración de bosque nativo en los sectores más altos para impedir el avance de los pastizales que son altamente combustibles, y provocan una rápida erosión del suelo al quemarse, afectando luego a la cuenca hídrica. “Quizás sea momento ya de repensar la relación del Estado con los dueños de los campos para implementar estas medidas, que sin dudas serían más provechosas y baratas que gastar fortunas y tanto esfuerzo en apagar incendios, perdiendo las cuencas hídricas”, apuntó Gurvich.

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